«¡Qué bonita es!» se alegró el osito al descubrir una extraña planta en su jardín. Cada día, el osito la regaba y la protegía del sol y nunca olvidaba darle las buenas noches antes de irse a dormir. Pero la planta no reaccionaba. «¿Por qué no floreces?», se preguntaba el pequeño jardinero. ¡No sabía lo que pasaba bajo tierra!
«¡Qué bonita es!» se alegró el osito al descubrir una extraña planta en su jardín. Cada día, el osito la regaba y la protegía del sol y nunca olvidaba darle las buenas noches antes de irse a dormir. Pero la planta no reaccionaba. «¿Por qué no floreces?», se preguntaba el pequeño jardinero. ¡No sabía lo que pasaba bajo tierra!