El 'arroz y tartana' es una expresión utilizada para referirse a ese afán de derrochar el poco dinero del que se dispone en aparentar una vida lujosa. Ése es el principal mal de doña Manuela, figura central de esta novela, situada en la Valencia de finales del siglo XIX. Su padre fue un inmigrante aragonés que llegó a la ciudad mediterránea, una suerte de tierra prometida para los pobres jornaleros de Teruel, y con mucho trabajo consiguió fundar y levantar una tienda en la plaza del mercado llamada Las Tres Rosas. Doña Manuela reniega de esa vida. Después de haber enviudado dos veces, y teniendo dos hijos de cada matrimonio, doña Manuela, mientras empeña sus riquezas en hipotecas y pagarés de condiciones draconianas que le permitan mantener su fatuo tren de vida, persigue como gran obra de su vida el lograr unas buenas bodas para Amparito y Conchita, sus dos hijas.
El 'arroz y tartana' es una expresión utilizada para referirse a ese afán de derrochar el poco dinero del que se dispone en aparentar una vida lujosa. Ése es el principal mal de doña Manuela, figura central de esta novela, situada en la Valencia de finales del siglo XIX. Su padre fue un inmigrante aragonés que llegó a la ciudad mediterránea, una suerte de tierra prometida para los pobres jornaleros de Teruel, y con mucho trabajo consiguió fundar y levantar una tienda en la plaza del mercado llamada Las Tres Rosas. Doña Manuela reniega de esa vida. Después de haber enviudado dos veces, y teniendo dos hijos de cada matrimonio, doña Manuela, mientras empeña sus riquezas en hipotecas y pagarés de condiciones draconianas que le permitan mantener su fatuo tren de vida, persigue como gran obra de su vida el lograr unas buenas bodas para Amparito y Conchita, sus dos hijas.