«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un día fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Esta plataforma, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, está hoy despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizás comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas de ramas entrelazadas y sostenidad por postes de madera, es todo lo que queda hoy de la Roma más antigua.»
Así empieza este relato fascinante, de admirable estilo literario, sobre la Roma antigua y los personajes que la pobraron: una narración histórica contada con un ritmo absorbente, que se encuentre entre las mejores obras de su prestigioso autor.
«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un día fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Esta plataforma, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, está hoy despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizás comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas de ramas entrelazadas y sostenidad por postes de madera, es todo lo que queda hoy de la Roma más antigua.»
Así empieza este relato fascinante, de admirable estilo literario, sobre la Roma antigua y los personajes que la pobraron: una narración histórica contada con un ritmo absorbente, que se encuentre entre las mejores obras de su prestigioso autor.