En Tornasol, los niños y las mujeres marcadas por la pérdida llevan la voz cantante a través de nueve relatos de terror, misterio y fantasía que acontecen en los pueblos fríos del altiplano de Tlaxcala, los santuarios de Michoacán o las carreteras de Veracruz. El fervor a la memoria apenas empaña el estremecimiento que generan los enigmas, o lo tenebrosa que puede ser la infancia. Viajes por carretera, ritos de transformación, alianzas inesperadas con animales del mar, pactos con criaturas mágicas, fulgores de un incendio, catástrofes naturales y milagros diminutos; éstos son el catalítico para devolvernos el asombro y el miedo de la niñez. La presencia omnisciente de la pérdida se pone bajo una nueva luz hasta crear un nuevo tipo de iridiscencia. Alicia Mares, a través de una narrativa ágil y vivaz, es capaz de construir mundos atrapantes que nos transportan de la más placida ternura hasta la más inquietante pesadilla.
En Tornasol, los niños y las mujeres marcadas por la pérdida llevan la voz cantante a través de nueve relatos de terror, misterio y fantasía que acontecen en los pueblos fríos del altiplano de Tlaxcala, los santuarios de Michoacán o las carreteras de Veracruz. El fervor a la memoria apenas empaña el estremecimiento que generan los enigmas, o lo tenebrosa que puede ser la infancia. Viajes por carretera, ritos de transformación, alianzas inesperadas con animales del mar, pactos con criaturas mágicas, fulgores de un incendio, catástrofes naturales y milagros diminutos; éstos son el catalítico para devolvernos el asombro y el miedo de la niñez. La presencia omnisciente de la pérdida se pone bajo una nueva luz hasta crear un nuevo tipo de iridiscencia. Alicia Mares, a través de una narrativa ágil y vivaz, es capaz de construir mundos atrapantes que nos transportan de la más placida ternura hasta la más inquietante pesadilla.