Hace tiempo que Rubicunda Brezoardiente abandonó la seguridad de su hogar y se lanzó a recorrer el mundo acompañada de su fiel y artrítico burro, Alcides, y todos los bártulos necesarios para poder cumplir, allá donde vaya, con lo que más le ha gustado hacer en su ya longeva vida: cocinar. Cada hoguera en el camino, cada casa de huéspedes, cada nueva aldea en su travesía es una nueva oportunidad para coleccionar recetas, ingredientes y sabores nuevos.
Si la gente le pregunta el por qué de su viaje, suele responder que está llevando a cabo un peregrinaje para encontrar el mejor queso del mundo. Si nadie pregunta, mejor, porque así no tendrá que mentirles.
Hace tiempo que Rubicunda Brezoardiente abandonó la seguridad de su hogar y se lanzó a recorrer el mundo acompañada de su fiel y artrítico burro, Alcides, y todos los bártulos necesarios para poder cumplir, allá donde vaya, con lo que más le ha gustado hacer en su ya longeva vida: cocinar. Cada hoguera en el camino, cada casa de huéspedes, cada nueva aldea en su travesía es una nueva oportunidad para coleccionar recetas, ingredientes y sabores nuevos.
Si la gente le pregunta el por qué de su viaje, suele responder que está llevando a cabo un peregrinaje para encontrar el mejor queso del mundo. Si nadie pregunta, mejor, porque así no tendrá que mentirles.