Yo tenía casi ocho años cuando mi papá se fue a Freeport, un pueblo de Texas. Aquí nos quedamos mi Yaya, Mi Hermana, mi mamá y yo. Aunque estábamos tristes y nos extrañábamos, no la pasábamos tan mal: mi papá trabajaba como loco, mi mamá y Yaya tenían pleitos de mentirillas y Mi Hermana se metía en la pileta de agua en cueros. Hay tantas historias de migrantes como ramas de un árbol. Esta es la mía.
Yo tenía casi ocho años cuando mi papá se fue a Freeport, un pueblo de Texas. Aquí nos quedamos mi Yaya, Mi Hermana, mi mamá y yo. Aunque estábamos tristes y nos extrañábamos, no la pasábamos tan mal: mi papá trabajaba como loco, mi mamá y Yaya tenían pleitos de mentirillas y Mi Hermana se metía en la pileta de agua en cueros. Hay tantas historias de migrantes como ramas de un árbol. Esta es la mía.